martes, febrero 27, 2007

No estoy de acuerdo con la violencia, pero hay casos en que es peor nada.

- Enmanuel; ven a saludar a tu tía-madrina.

- Que me trajo?

- Todo su amor.

- Si no me trajo nada mejor que se valla.

- Muchacho! No digas eso. Que ella te quiere mucho.

- Lo único que importa en la vida es el dinero y los regalos. Y a mi me gustan los regalos.

- Ella te regalo reyes, y te mando corn flakes.

- Pero no me trajo regalos.

- Ella no esta trabajando, pero ella te quiere y eso es lo que importa en la vida.

- Lo único que importa en la vida son los regalos y punto.


Nota: Lamento no poder firmarlo, de hecho es la primera vez que público algo que no nace de mi imaginación, este no es una historia creada. Es una conversación real, transcrita sin la más mínima exageración o alteración. Sostenida el domingo 25 de febrero a las 4 de la tarde entre mi tía y mi primo Enmanuel. Mi primo de 6 años. Lo siento nuevamente pero creo que esta conversación supera cualquier cuento que pudiera publicar.

Post Nota: Si alguna persona se interesa en lograr un niño tan inteligente y conversador (así lo llaman en mi casa) o si cree que estoy exagerando en algo, les sugiero que lean esta joya que publico Ginnette. Son 10 consejos para lograr tener un hijo “INTELIGENTE Y CONVERSADOR”

http://chinavillamellera.blogspot.com/2007/02/doce-reglas-para-criar-hijos.html

miércoles, febrero 21, 2007

Llegada la hora, viendo el viento pasar.

Mientras el viento acaricia las suaves hileras de pasto
Y el sonido de las ramas acompañan mi marcha;
Tu gran reino seguirá en calma.

Tras la hora del desayuno, la comida
Y tan solo al llegar la cena;
Todos los seres del valle blanco temblaran
Esperando tu furia ante mi ausencia.

Mas tus grandes carnes, tus ojos grises y tu suave cabellera
Gritaran: “Una fiesta por la partida del insignificante”

Y vendrán de los siete rincones del mundo
Gobernantes de todos los rincones, lambones, personas pintorescas
Desabridas, gigantes y pequeños, madres, hijas, hijos, esclavos, enanos
Solteros, casados, bestias, perros, gatos, burros, yeguas, vacas, chivos,
Puercos, marranos y cochinos, representantes del gobierno municipal,
Policías y ladrones, policías o ladrones, ladrones o policías, prostitutas y puritanas,
Puritanas o prostitutas, cueros de día santas de noche,
Abogados y otros hermanos del demonio,
Mujerzuelas acompañadas de tragos,
Amigos, muchos y de los mejores amigos.
Solo faltaran humanos.

Serás el alma de la fiesta
Como todas las fiestas
Te emborracharas, terminaras con alguna primeriza
Nueve meses después vendrá otro de tus sobrinos
Mientras todos comerán, beberán y se cojeras hasta saciarse
Todo a tus costillas

A esas horas
Ya estaré siendo azotado por el desierto
Arropado tan solo por la calidez de ese sueño
Ese dulce sueño
De no tener dueño.

Libertad
Luís Mejía Félix Hijo.



Tenía 25 años al escribir esas letras y 25 años hacen ya de ellas. Aun este pasto es tan verde como ese día cuando prometí volver tras tener el valor de mirarte a los ojos y decirte que todo era mentira. Ya imagino tu reacción, fingiendo no inmutarse. Te levantaras y con las ventanas de par en par mostraras tu reino. Tus súbditos al pasar, bajaran la cabeza. Una mueca grotesca intentara ser sonrisa, mientras digan:

- Buenas noches Don Luís.

Con tu voz grave y autoritaria le darías tu bendición. Y sin decir palabra te sentaras en tu mecedora y contemplarías tu reino. Mas mi voz de poeta, si de poeta. El peor de mis delirios, peor que la vez que me sorprendiste llorando y me reprochaste que a mi edad no se jugaba, se aprendía a ser hombre. Peor que la vez que le paliaste a todos en tono de culpa por el fallecimiento de mi madre. Claro, recordaras con desden aquella horrible mata de mango, todo inicio allí, cuando tras ese oloroso fruto caí, todo por la débil rama y por mi falta de hombría, si, por mi falta de hombría. Siempre que no seas tú, no importa la naturaleza del acusado. Mi voz de poeta te cantara de las maravillas de este mundo, y de los otros. Y quizás, solo quizás tu corazón sienta algo.

Basta de pensar; mira allí la gran casona, mientras escala las paredes, el viento fuerte de mayo parece dotarle más vida. Los capataces, tus capataces, son los primeros en quedarse con la boca abierta. El inmenso palacio de madera. Debes estar descansando de alguna caminata. El vacío y el silencio de la casa te delata; gracias a la niña con el niño en brazos se que en tu cuarto descansas. El ultimo de tus vástagos? El premio de una noche de borrachera? Debo admitir que nunca golpeaste a una mujer, y tus golpes nunca los recibí mientras estabas borracho. Tus verdaderos maltratos eran al espíritu, haciéndonos sentir objetos insignificantes y miserables, tu burda propiedad. Corroes el alma de quienes te rodean, destruyes cada vestigio de fe, el amor solo era un sueño de las mañanas de domingo.

La puerta a tu recamara real, dentro te imagino grande y despiadado, con dos negras semidesnudas, tu cuerpo ventilando.

No!, no!!, no!!! puede ser, ese no eres tu. Exijo al gran patriarca de estas tierras, al señor inmenso que gobierna en ellas. Que significa este montón de huesos y pellejos que estorba en tu cama, que es este demacrado semiesqueleto, de cabellos grises y roncos lamentos. No exijo al montaras que me daría batalla, el motivo de mis rencores, por quien recorrí el mundo buscando demostrar que en mi hay un alma. NO! Búsquemelo, busquen al señor de ojos pequeños y alegres, que se escondía en mi cuarto y yo jugaba a los caballos sobre su inmenso vientre, búsquenme al que me enseñaba del valor de los hombres escondidos de sus huestes, donde esta quien me enseño el valor del trabajo honrado, duro y prolongado.

Me marcho, detrás te dejo morir, como al mundo donde mi ausencia de alma me vera también extinguir.


Alguien.

martes, febrero 13, 2007

Solo el fuego le enseñara a los demonios rojos

Antes de que este rojo sol reflejado en la espesa lámina de este mi cuchillo, se ponga; juro que haré justicia. Y escribiré en la memoria de los humanos que ninguno somos iguales.

Como si la muerte de su padre a manos del mayoral Santana, fuera razón para sentirse un desgraciado. Y pensar que todo ocurrió por la mísera partida de labios a la infame de su madre. Quien se habrá creído para resistirse a las delicadas penetraciones del dueño de la tierra que siembran, viven, comen.

Que se han creído, como para tildar de injusticia que sus dos mocosos y barrigudos engendros hayan muerto por que todas las medicinas fueran reservadas para nuestros hijos. Claro que había que tener su salud ante todo, como correríamos el riesgo de no cuidarnos de la duda de que la enfermedad vuelva años después. Por unos míseros trescientos vástagos de sus colegas de andadas? por favor, seamos justos.

Hoy conocerá el frió de mi hoja, sus entrañas vomitaran los humos de su cabeza.

Lo nuestro es nuestro, por derecho divino. Acaso mis ancestros no eran notablemente superiores, Dios hoy te lo encargo enseñarle la verdad de este mundo.

De verdad que no puede negar que de tal palo tal astilla. Si que lo es, matar una de mis sagradas cabras, todo por que la perra inmunda de su mujer no permitió por las buenas que yo descargara esta necesidad de un animal salvaje, como ella. Ahhhhhhhhhh!!!!! que suave piel cimarrona, que caliente sin igual. Que honor haberme sentido dentro, que increíble honor.

Míralo ahí! Ese maldito ahora vera lo que es…. Si que bueno que me viste, como osas a sacar un arma contra mí….. No me ataques, no me ataques, deja que te de lo que mereces, oooooohhhhh!!! Como te atreves a cortarme una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra y otra vez.

miércoles, febrero 07, 2007

Frío de Verano

El verano ya comenzaba a tocar la puerta, y el calor se volvía más intenso día tras día, como quien se fortalece al devorar. Eso no era nada extraño en la ciudad de Santo Domingo, lo extraño era porque aquella noche sin razón alguna el frió lograba hacer titiritar hasta el ultimo de los huesos.

Erudio Santos se paro en la puerta de la cocina, conjunto al patio y oyó como los perros lloraban.

- Los muertos deben estar muy revueltos que hasta el clima han cambiado hoy. Dijo más en tono de queja, que en forma de comentario.

- ¿Por que los vivos culpan de todo lo que no entienden, Justamente a los que no entienden? Respondió Don Erundo desde el fondo del patio.

- No se. Respondió Erudio, acaso la eternidad no te ha dado todo el conocimiento que anhelabas. Respóndeme tú.

- Tendrías que estar muerto para poder entender aunque sea una cuarta parte. Respondió don Erundo con ese deseo amargo del que desea partir, pero el miedo no se lo permite. Aunque realmente ese no era el caso.

Desde la muerte de Don Erundo, Erudio quedo solo en la casa. Todos desaparecieron como de alguna extraña manera lo hicieron las riquezas que ostentaba la casa azul que engadardonaba la calle cruz de la zona colonial.

La casa fue construida en los tiempos en que Nicolás de Ovando era gobernador de la ciudad, y con ella se estableció la dinastía de la familia de los Santos. Desde su inauguración fue el centro de gloriosas fiestas y mucha de la vida social giraba en torno a ella y cada generación vanagloriaba la estirpe, adecuando la casa a la época y aumentando las arcas de la familia.

De esta manera supieron llevar cada fracaso gubernamental que ha regido la historia de esta parte de la isla de Santo Domingo.
-“El país nunca había visto tanta consistencia en ninguna otra familia!”

Era el grito de orgullo que ensordecía a todos los presentes en las fiestas que ofrecía Don Erundo, Y mi hijo será la estrella del nuevo milenio.

-Carajo. Coño!

Desde muy pequeño Erudio mostró algo diferente a los rasgos característicos de los gloriosos “ de los Santos”.

Era mucho mas callado de cabellos abundantes, ojos negros, piel canela, un poco bajo y muy delgado.

Era de un temperamento muy pacifico, el cual encolerizaba a don Erundo, que decía:

-“Coño en que diablazo he fallado, he buscado la familia mas prominente del país y le he transmitido el legado del triunfo, coño donde diablos he fallado.

En las palabras de Don Erundo se puede ver lo que realmente era el temperamento de “De Los Santos”, indomable. Don Erundo era de una presencia abruta, brusco hasta el mas mínimo detalle físico.

Desde temprana edad, los conflictos entre padre e hijo eran el día a día de la casa hasta que terminaron con la vida de Maria Celeste, madre de Erudio. Ella nunca se sintió pertenecer a esa casa, siquiera el día de su muerte.

En la caja se veía tan bella como lo fue siempre. El pelo le llegaba hasta la cintura y su piel parecía intacta. Erudio lloro ante la caja de caoba, y pidió que no la enterraran, que aun su madre tenía vida.

Su padre lo aparto de un empujón y empezó la marcha fúnebre más gloriosa que la ciudad nunca había logrado ver. Como era común en todo lo hecho por los “De Los Santos”.

Ante la tumba de su madre Edulio juro a voces de que se encargaría de destruir hasta el último vestigio del legado de los “De Los Santos”.
Fue la última y única vez que se le vio merecedor de la estirpe de los “De Los Santos”. Don Erundo lo ignoro.

-Es una de sus rabietas de marica. Luego se le pasara. Lo que importa es que al menos hablo como un hombre. Dijo Don Erundo, en tono de burla, sin el más mínimo gesto de dolor.

La parte que Don Erundo nunca imagino era que por primera vez Erudio si utilizaría el legado, pero seria en su contra y la lucha fue tan encarnizada que termino con la muerte de Don Erundo, dos años mas tarde y la confinación del mismo al patio de la casa azul.

La noche continuo su ritmo frió y la soledad pinto cada una de las paredes de la casa, con el más tenue color y la tristeza armo de miedo el alma de Erudio hasta que cuando volvió a caer en si, estaba caminando por el malecón, solo y sin rumbo.

Cuando ya había caminado unas dos horas logro ver sentada en el banco, la figura de una joven. A medida que se fue acercando logro comenzar a distinguir su cabello lacio color castaño, su cuerpo tan humano como ninguno de su estirpe logro admirar, piel suave y húmeda, labios que llamaban a la gloria y la parte que lo invito a sentarse con un hola perdido, los ojos café mas hermosos que la tierra nunca jamás volvería a ver.

Los primeros quince minutos no hubieron palabras, solo una mirada que atravesaba lo mas profundo de los ojos, y llegaba y se postraba frente al alma. Y una vez allí tomados de las manos, las caricias en el rostro hablaban de la vida que nunca se atrevieron a vivir.

El rompió el silencio de manera tímida:

- Siento que te conozco de toda una vida.

- Yo siento que te conozco desde antes que llegaras a ella. Respondió ella con una voz que parecía un concierto de Ángeles.

- Pero no logro recordar de donde. El respondió con un tono de vergüenza y pena a la vez.

- Me conoces de cada sueño que tuve y nunca logre; ella le dijo mientras una lágrima salía de sus ojos; y lamentablemente ese fue mi legado hacia ti.

- No entiendo, nunca te he visto y por que lloras. El dijo mientras inexplicablemente las lagrimas comenzaban a brotar de el también.

- Hace mucho tiempo atrás, dijo ella como quien devela el secreto que le llevo a la tumba. Viví mi vida de una manera feliz, olvide las estrictas reglas que consolidaban mi estirpe y decidí ser feliz. Desde el inicio fue difícil y estuve dispuesta a apartarlo como a todos, pero esa ternura de su mirada me derrumbo todos los muros de protección y por primera vez alguien de mi estirpe le dijo todo lo que sentía a un alma plebeya. Firmando así el pacto con su muerte. A pesar de todo lo que arriesgábamos durante mucho tiempo fuimos felices en los tiempos en que nuestras pocas obligaciones nos permitían salir y darnos lo mejor de cada uno. Rodrigo era su nombre y su simplicidad me tocaba el alma porque en él descubrí que la complejidad nos lleva a olvidarnos de los hermosos detalles que nos trae la simpleza exterior y la hermosura del alma. Todo era perfecto hasta que al el le llego el tiempo de la temprana madurez de trabajos forzados que le toca sufrir a los plebeyos y allí cuando me vi. sola le llame y le dije que el vació había roto el hechizo y él mas tonto aun, me dijo que me fuera con mi estirpe y que hiciera lo que me pidiera, al final todos tenemos que cumplir nuestro destino. No creo que el miedo y la falta de valentía hallan logrado una victoria más grande que aquella en toda la historia de la humanidad, agrego ella con tono de reflexión. Y así, mi estirpe me llamo y conocí quien seria la razón de tener que sentarme aquí todas las noches, a ver las olas que un día desperdicie por mi falta de confianza, por mi falta de deseos de felicidad, por mi amor a la seguridad que decenios de siglos han sembrado en nuestra cabeza, aun antes de que nazcamos. Y así conocí la razón que un día se escribiera en el libro de la vida y de la muerte que tu y yo nos sentaríamos aquí, frente a las olas, debajo de la luna llena que le hace tributo al frió de verano, que nos hace perder el miedo por las lagrimas que me permiten decirte:

“Hijo los muertos no lloran, y si lo hacen aun la vida les sonríe, lo demás es la falta de valentía que nos hace quedarnos atados a este mundo como quien solo existe para que el mundo no se quede desolado; no como quien vive porque ama a la vida y la vida de responde de igual manera”.

No culpes a nadie, pues nadie te creo, quien te creo solo desea tu felicidad, pero no puede obligarte a ella, esta es tu única parte en la historia. Los medios en los que naciste no son una razón para alejarte, sino la forma en que se considero más prudente para que puedas llegar a ella.

Los ojos de Erudio se segaron en lágrimas y cuando logro volver a ver, solo pudo sonreír al ver como la última lágrima de aquella joven la llevaba a unirse al mar.

Al otro día, fue al cementerio, logro desenterrar a su madre y lloro de nuevo al ver su piel aun intacta, excepto por los arañazos en su rostro por la desesperación de querer salir de la muerte que le regalaron por no poder gritar a tiempo y sus uñas llenas de madera que era inútil raspar, porque auque no lo creamos, a veces ya es tarde.

Al anochecer Erudio estaba sentado en frente a Don Erundo, lo miraba y sin entender cómo, sus ojos se segaron en lagrimas y cuando logro volver a ver, por primera vez logro ver una lagrima de Don Erundo De Los Santos, solo que lamentablemente lo hizo justo cuando esta se desaparecía con su imagen a través de la tierra.

Alguien.