Desde que era niño, era normal que tras entrar a una habitación, la cocina, la despensa, e incluso al baño; se preguntara a que había ido a allí.
Pero aquella vez en que tomo un taxi que lo llevo al aeropuerto, donde abordo un avión que le transporto a Portugal, para de allí atravesar en tren España y Francia, donde en auto llego al extremo oriental de Rusia, para que en barco navegara hasta la India, bordeando África, donde luego de una peculiar caminata se preguntase en frente al Taj Majal, a qué había ido allí; Aquella vez en verdad fue un tanto extraña.
Alguien.
