martes, octubre 31, 2006

Nuestro Cuento

Su vida era una desgracia.
Nació en un olvidado reino donde aún los códigos de caballería eran tan importantes como la vida misma. Hijo de un forjador de espadas, tuvo una niñez tranquila tras los muros del palacio alejado de las constantes guerras que azotaban su tierra.

- Sólo tú te atreves a creer los engaños de un vil mago, ¿Acaso no recuerdas cuado te libré de las garras de la ilusión? Apenas tenías 16 años, creías que la vida era un paraíso para disfrutar. – Continuó el demonio – De no haber sido por mí nunca habrías salido y de estas horribles rocas que te alejaban de la verdad. Nunca habrías conocido el odio que se libera en un campo de batalla donde los hombres pagan el castigo que Dios les ha impuesto por sus pecados. De no haber sido por mí nunca habrías aprendido que la vida es un castigo a los pecados de ustedes. Ay, pobres humanos! Urberto estrelló la jarra de vino y tendido en el piso sobrevino el desgarrador llanto. El demonio se acomodó al filo de la ventana, los sufrimientos le miraban impaciente mientras sus ojos evidenciaban que se acercaba una larga historia.

Recuerdo ese horrible día, el sol brillaba en la armadura de los hombres que volvieron triunfantes del purgatorio de la guerra. El cielo horriblemente azul y despejado era complementado por un suave viento y la falsa alegría del corazón de los aldeanos. Tú, uno de los preferidos de la fortaleza te acabas de buscar la marca que ocultas en las espadas para saber cuales sirvieron para erradicar los martirios de los combatientes. Hasta ese momento me sentía orgulloso de ti; el demonio hizo un grave suspiro; eras el más orgulloso y ambicioso de los servidores del reino. Un digno alumno, pero ese maldito mago tuvo que venir y qué decir de esa inmunda bruja vestida de hada. Ay!! Qué débil fuiste!! Aunque sé que la culpa también fue mía, me descuidé un segundo disfrutando el espectáculo de los soldados mutilados y desangrantes; el ángel del mal se perdió en aquel recuerdo y volviendo en sí dijo; en ese preciso momento cayó la maldición sobre sus vidas, la lujuria actuó en tu contra y la viste, su espeluznante piel blanca, su largo pelo, esos pequeños ojos claros y lo más horripilante, esa sonrisa. Creíste que fue amor y no sé qué diablos te habrá dicho ese embaucador mal llamado mago- Urberto se levantó, tomó otra jarra de vino y tomó un trago tan largo que casi se ahoga y en medio de una tos seca dijo- lo recuerdo como ahora, yo hipnotizado por aquella supuesta doncella, sólo necesitaba un pequeño empujoncito para caer en sus garras, entonces escuché un suave susurro en mi oído que decía “en el futuro un pensador citará las palabras que describirán lo que ahora estás sintiendo, se llamará Platón”; le pregunté cuales serían esas palabras, recuerdo como sus ojos brillaron al citar “Al principio de la creación, los hombres y las mujeres no eran como son hoy; había solo un ser, que era bajo, con un cuerpo y un cuello, pero cuya cabeza tenía dos caras, cada una mirando en una dirección. Era como si dos criaturas estuviesen pegadas por su espalda, con dos sexos opuestos, cuatro piernas, cuatro brazos.

Los dioses griegos, sin embargo eran celosos, y vieron que una criatura que tenía cuatro brazos trabajaba más, dos caras opuestas estaban siempre vigilantes y no podían ser atacadas a traición, cuatro piernas no exigían tanto esfuerzo para mantenerse de pie o andar durante largos períodos Y lo que era más peligroso: la criatura tenía dos sexos diferentes, no necesitaba a nadie más para seguir reproduciéndose en la tierra.

Entonces dijo Zeus, el supremo señor del Olimpo: “Tengo un plan para hacer que estos mortales pierdan su fuerza”.

Y con un rayo, partió a la criatura en dos, y así creó al hombre y a la mujer. Eso aumentó mucho la población del mundo, y al mismo tiempo desorientó y debilitó a los que en él habitaban , porque ahora tenían que buscar su parte perdida, abrazarla de nuevo, y en ese abrazo recuperar la antigua fuerza, la capacidad de evitar la traición, la resistencia para andar largos periodos y soportar el trabajo agotador. A ese abrazo donde los dos cuerpos se confunden de nuevo en uno lo llamamos sexo. Amor.

Sentí en mi pecho una manada de caballos desbocados y a duras penas le dije que ella era la hija del rey; ¿Cómo crees que podré siquiera pensar en ella? El mago me dijo que si en verdad era mi otra parte ambos somos uno completivo del otro. Que sólo habíamos nacido separados por las leyes de este mundo, pero esas leyes no se cumplen ante el abrazo de las otras partes. El mago agregó que si deseaba fuera a su carpa cuando tuviese ratos libres, me pondrían servir de algo. Y por último dijo, Ah! Lo olvidaba, a su lado serás el rey que lleve la paz a estas tierras.

Volviendo de aquellos lejanos recuerdos, Urberto observó al paciente demonio tapando la vista de la ventana, y le dijo- En ese momento corrí de ti, nunca más quería volver a verte, por un momento creí que podría ser feliz. Seguí siendo el mejor forjador de espadas del reino, pero ahora lo hacía para que fueran obteniendo las victorias que nos llevaran a la paz. En los momentos que disfrutaba contigo de la pereza, comencé a visitar el mago. Me habló de una torcida forma de la verdad, de que somos hijos de la energía creadora, que la llevamos dentro, borró de mí la ira que con tanto esfuerzo sembraste en mí. La reemplazó por la relajación y la armonía. Ay! Qué tonto fui! – prosiguió Urberto. Fui escalando en el ejército del rey hasta que un día fui ascendido a forjador real, me encargaba de las armerías. El mismo rey y su hija me juramentaron y fue allí donde la trampa se cumplió, sin entender como sabía, veía que era ella, y ella lo creyó también. Ay, los engaños del corazón! Interrumpió el demonio mientras se anchaba más ante el paisaje de la oscura noche. Urberto se dio otro gran trago y esta vez la tos vino acompañada de sangre, el espectro que aún esperaba afuera sonrió.

Un día – continúo Urberto- mientras caminaba por los jardines del castillo practicando una técnica que me enseñó el mago para combatir la envidia, noté que no era tan concurrido como siempre, en cambio estaba totalmente vacío. Sólo una suave brisa de invierno acariciaba mi piel, las patas colgantes lucían flores de primavera y la fuente relucía cristalina. Me parecía que caminaba a través de un jardín mágico y en ese momento la vi, mi corazón se heló, se encendió, latió de prisa, se paró, burbujeó, fuego, luz, magia, vida; era un sucio encantamiento del mago; interrumpió el demonio al ver que los ojos de Urberto brillaban más que el primer día aquel. Urberto se bebió media jarra de vino, y en contra de sus propios instintos, vomitó y a falta de comida sólo emanó sangre de sus entrañas. Caminé con una prisa mal disimulada- continuó Urberto- sentía que era mía, que nos conocíamos de toda una vida y que no había ninguna duda que lo prometido por el mago era cierto. Ay! Qué tonto fui. El espectro se impacientó, la venida de algo le impacientaba y el demonio se decidió a actuar con más prisa. ¿Y cuándo descubriste la farsa?- preguntó el demonio- Hace una semana, teníamos 4 meses viéndonos en este cuarto alejado, aquí conocí la vil estafa de las caricias del supuesto amor. Hace diez días se logró la paz con el reino de la Dadilaer. Al principio no noté nada extraño, era un paso más a la paz total que en mi momento yo lograría, Ay! Qué iluso fui, pensé que quizás era un logro la reputación de mis armas, quizás la magia, pero entonces entendí, cuando ella partió sin decirme nada, entendí, que no fueron mis armas, que no fue la magia, que no fueron mis sueños. Fue otra la solución, una más fácil, y el rey, el mago y ella frente a la primera oportunidad vieron mi poca importancia. Sí, ella me abandonó y se fue a pagar con su cuerpo el tributo de la paz. Sintiendo la gran amenaza encima de él, el demonio abrió las alas cegando totalmente a Urberto, el espectro se abalanzó hacia él, a lo lejos antes de cerrar los ojos, Urberto sintió que su corazón hizo un último intento por arder.

- Corre rayo de noche, me preocupa esa sombra que cubre la ventana de la habitación de Urberto, Corre, corre- le gritó la princesa Ana Lucía a su caballo. Se lanzó y corriendo entró a la habitación, allí tendido en medio de un charco de vino y sangre vió a Urberto.

Oh! Cómo describir el dolor de las otras partes, víctimas del engaño, de los temores del alma.

El entierro fue aún más grande que la misma realeza, desde el rey hasta el más pequeño de los recién nacidos. El sol brillaba en la armadura de los guerreros, el cielo hermosamente azul, un suave viento acariciaba el rostro de los niños, a lo lejos la princesa observaba, conquistada por el llano, abrazando contra su pecho la mágica flor de loto azul que el hada de los sueños le entregó como regalo de compromiso de bodas para su amada otra parte, para su amado Urberto.

El mago se le acercó y le dijo que la niña que llevaba en su vientre, llevaría la paz de su pueblo.

Alguien.

martes, octubre 24, 2006

Cancion a mi otra Parte III

Esta noche quise
Hacer una canción,
Y solo obtuve
Un suave suspiro del corazón.

Quise dibujar tu cuerpo
Con suaves letras,
Que te mostrasen
Mis mas dulces sentimientos.

Pero no pude
Pero no pude

Vi detrás del sol una sirena
Que me recordó
Que sin duda eres bella
Vi un tulipán tras el tiempo
Pero no me servia
Para decirte cuanto te quiero.

Esta noche quise
Hacer una canción
Y solo obtuve
Un suave suspiro del corazón.

Quise dibujar en el cielo
Todos mis dulces sentimientos
Y que sepas que definitivamente es por ti
Que aun no muero.

Pero no pude
Pero no pude

Vi en el mar las más hermosa piedra
Pero era nada ante tu gran belleza
Vi a la felicidad escribiendo un verso
Pero no me servia
Para decirte cuanto te quiero.

Vi el rostro de Dios
Con la luz que antecede el trueno
Y entonces supe
Que sabes cuanto te quiero
Cuanto te quiero
Cuanto te quiero
Cuanto te quiero
Cuanto te quiero.


Alguien.

martes, octubre 17, 2006

Cancion

Sobre lo complejo que resulta Ser Humano.

Recién cumplido los 25 y envuelto una nube de esperanzadora, Pea Félix decidió comenzar a contar sus años desde uno. Anoto en una blanca lista las 10 cosas que más importancia tenían para él, en la vida. Sus anteriores 25 años habían sido cargados con puros sufrimientos y dolor. Abandono a orillas del mar, todos los engaños del corazón, la sociedad que lo ignoraba, el pastor que lo condenaba, la protección que lo menospreciaba, la economía que lo asaltaba, el sueño que lo desvelaba, los deportes que lo excluían, la familia que lo pre enjuiciaba, la salud que lo maltrataba y la justicia que lo desechaba.

Así ya limpio y sin horribles cargas, decidió que seria feliz.

Al principio, tal cual un niño, tuvo problemas para empezar a caminar, pero no por mucho. Por que en mucho menos tiempo de lo que había deseado, ya estaba terminando de limpiar la suciedad que sus antiguos pesares habían dejado en la habitación de sus deseos. Pronto, frente a un hermoso atardecer, se pudo sentar a ver que tan sencillo era lograr obtener la alegría. Antes, siempre se quejaba de que faltaban las oportunidades, esta vez, solo le basto con salir a buscarlas. Las encontró desoladas y llorosas. Aquejadas por que todos las mencionan, pero nadie le busca. Las oportunidades que no encontró, las creó y vio que si podía hacer magia, solo que nunca lo había intentado. Como decidió darse valor, encontró trabajo y poco a poco su economía iba mejorando. De vez en cuando sufría por lo que aun no tenia, pero se decía que apenas era un niño de 12 meses, que todo eso poco a poco llegaría. En una alberca oxidada por fuera, más reluciente en su interior, encontró un grupo de exiliados de la realidad, porque sus corazones se negaban a pagar la alta cuota de sufrimiento que allí requerían. Y en su convivencia apartada, hasta los niños eran excelentes deportistas. Eso si, de vez en cuando aparecía algún infiltrado, pero se iba pronto por nuestra falta de realismo.

Debajo de unas palmeras y llamado por unas cucharas amorfas-cambiantes obtuvo las muchas respuestas que su corazón necesitaba, y comprendió como había permitido que los hombres intervinieron en su relación con Dios. Pronto tenía un tenedor como pulsera. Mientras por su corazón no paraba de fluir las palabras que antes como pozo, contenía.

Encontró muchas alegrías entre su nueva familia y los sueños que escribía. Cierta vez estornudo, por ello decidió no volver a oler la pimienta.

Sintiéndose igual de feliz que los que le acompañaban, sin dudas creyó su mundo perfecto.

Un día, entre risas y buenos ratos, su corazón palpito con unas palabras llegadas desde lejos. Provenían de otra alberca, y eran contenidas sobre una carta. El nivel de intensidad de las palabras, lo sorprendieron y lo emocionaron pues en su antigua vida, ver tanta genialidad y profundidad era un imposible. Tres cartas mas, dos llamadas, una cita frente al mar, un corazón que se desboca por lo desconocido, aunque de alguna manera extrañamente conocido.

Al fin le conoce, luz, magia y el misterio de cómo sentir que esa persona es la ultima pieza que falta, el completivo del corazón. El pecho encendido, la sangre burbujeante, la piel y hasta el ultimo rincón de sus ser excitado. Como no ser perfecto. La pregunta, la respuesta y nacen las mil dificultades. Las cargas antes arrojadas, esperan tras una gran roca al más mínimo desliz.

Una sonrisa, no hay problema que no se pueda solucionar, no ahora. Noche feliz, casa, cama, paz.

En la soledad de la noche, nace la batalla. Cuanto había aprendido hasta el momento. Abatido por el ataque de mil temores soltó la primera lágrima, vio que la felicidad pendía de un débil hilo. Y ante tanta amenaza de dolor, estallo en amargo llanto. Todo lo que parecía perfecto, todo lo que era luz y magia se caía, por que ella, por que entre tantas, por que estar condenado a sufrir.

Al amanecer una carta no leída, adornaba el piso. La recogió mientras los sufrimientos se quejaban de lo limpio del cuarto de los deseo. La leyó, vio los sufrimientos de su otro ser, y lloro entre sonrisas, su niño aun vivía. Le alegro ver que las preocupaciones de su parte completiva eran sumamente sobrevaluadas, que con tan solo ir al mar y arrojarlas era suficiente. Y en ese momento sintió el inmenso peso que cae ante los humanos, cuando por la manera extraña en que obra el universo, se ve frente a la verdad. Tomo lápiz y papel y escribió:

14 de octubre del 2058
Airgelia, Ningún Lugar

Tu.

Hoy la maravillosa energía que nos creo y nos permite conocernos, me ha premiado con la brillante oportunidad de ver nuestra existencia, la última pieza ha puesto la clave que une todas las cosas. Al leer tus sufrimientos, los vi pequeños e insignificantes y antes de comenzar a opinar como todo ser común, decidí de tratar comprender en vez de andar pregonando mi sabiduría. Mi sabiduría, vil engaño, herramienta del mal y de los vicios para que no veamos la verdad. Gracias a ti, vi como nos pasamos mirando hacia fuera, como vemos q las amenazas que nos acechan y nos llenan de sufrimiento. Como imposibles sin solución. Apenas ayer lloraba por los horribles obstáculos que no permiten que unamos nuestra alma aquí y ahora; cuantas limitaciones le agregamos a nuestro ser.

Hoy me levante rendido, dispuesto a volver a la amarga existencia que ya había abandonado, pero tus dulces palabras me han salvado y he tomado la verdadera faz de las cosas. Es cierto que todo los que nos rodea tiene un limite, una pared, un horizonte, un firmamento; en cambio el universo de nuestro interior es infinito. Hoy sonrió al ver lo ínfimo de nuestros inconvenientes ante el inmenso potencial que llevamos dentro; y aunque aun falte mucho por crecer, y cruentas batallas, ya tenemos clara la conciencia y sabemos que podemos. No te prometo muchas dificultades y desconciertos, no te aseguro que seamos el uno para el otro, solo te aseguro que caminare hasta morir, en busca de la felicidad y ya algún lugar crearemos nuestro destino.

Pae Félix

Alguien.

miércoles, octubre 11, 2006

Cancion de Otoño

Resbalo.
Y su falta de equilibrio lo llevo a apoyarse en la parte superior de su ceja izquierda de manera súbita. La desesperación de la persecución, solo le permitió comprobar que el líquido que saboreaba era sangre. El sonido de los pasos aumento y el corazón parecía caballo desbocado, mientras utilizaba la pared de piedra como cayado.

Su respiración era sonora y agitada. Llego al tercer nivel de la fortaleza, no tenía tiempo para pensar, por eso desprecio los árboles que le brindaban la oportunidad de saltar fuera de las murallas que le acusaban de tan vil atrevimiento. Búsquenlo arriba y 100 denarios por su cabeza, grito el encolerizado capitán, si señor! Respondieron los feroces soldados. La agonía estrangulo a la razón y al instinto, obligándolo a subir las escaleras al escuchar el precio de su cabeza. Los escalones eran altos, pero aun así sus piernas los superaban de dos y hasta de tres a la vez. Su sangre hervía mientras la idea de la muerte se hacía más presente de frente al negro cielo colmado de estrellas.

Doblo apoyándose de la estatua que representaba a los Dioses pisoteando a los siete demonios. El ala de uno de ellos, reclamo la sangre de su mano derecha. Miro la muralla y tras un gran brinco, voló la pared que cercaba el recorrido de los centinelas. Reconoció el camino y sintió como su pecho se oprimió aún más, ante a falta de aire. La espada centello de cara a la media luna de otoño mientras arrancaba la carne de su espalda. Detengan al infiel, denle muerte, mientas la sonrisa del joven soldado brillaba más que la espada. Suspiro profundo, soltó un árido chillido, y salto la pared de manera inexplicable mientras se borraba la sonrisa del desafiante hombre de milicia. Está en el establo, el maldito está herido, mátenlo, detenedlo!. A pesar de la caída, observo la madera de su tierra, ahora convertida en una barra de muerte, bien pulida, adornada con plumas blancas y con una lanza de acero gris. La paja que le amortiguo la caída, ahora le estorbaba la rápida huida, las astillas se adentraron más en su carne, arrugo la cara, y un gemido atormentado lleno las estancias del establo. Se escondió, tras las pacas, las sombras se detuvieron justo antes de pisar su mano. Donde esta? Pregunto el arquero; no importa, sigue disparando, no lo queremos vivo, respondió el portador de la desilusionada espada; Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, el grito desgarrador despertó hasta el rey que ordeno la muerte del fugitivo. En su hombro derecho reposaba una flecha rota. Sintió el frío impregnado en sus músculos y la adreladina hizo su última descarga contra el dolor. Solo veía a través del ojo derecho, pero fue suficiente para ver la herradura que se dirigía hacia su rostro, giro en torno a su cintura, y le pareció que pudo contar todos los pelos de la pata que lo atacaba, se sujetó de la mano cortada por la estatua, termino cayendo al no poder soportar el dolor. El relinchar de los caballos, oculto su rápida huida.

Te tengo infiel, le susurro el guardia que le empujaba la flecha hacia arriba, como queriendo vengar el desafió a su glorioso pueblo. Los ojos del condenado se encendieron, y sin saber cómo, alzo a su verdugo enviándolo debajo de los caballos que salían huyendo del pelotón de arqueros. Corrió cómplice de la nube que interrumpía la luna, y se introdujo en la garita del cementerio real. Cayo de bruces y frente a él sentado reposaba un anciano, cayado en mano. Le inspiro una paz indescriptible y al verlo floreció en él una sonrisa. A que le huyes? Le pregunto, a la muerte le respondió el fugitivo, y por qué le huyes? Porque nadie quiere morir. Y en verdad la crees peor que los corazones que te persiguen. No sé, respondió. Pareces de mi pueblo, quien eres sabio anciano; soy del tuyo y de todos los demás. Y quien eres? Soy la muerte.

Alguien.

miércoles, octubre 04, 2006

El Premio

所有,
然后保留它的心脏力量教导,
被决定的寻求平均部份发现,
这些词意思,
将获得我忠诚的公司在路线 里它的梦想,
和奇迹的拷贝。

光的某些人。

El Premio

Todo aquel,
Que guiado por la fuerza que guarda su corazón,
Decide buscar los medios para descubrir,
El significado de estas palabras,
Obtendrá mi leal compañía en el recorrido del camino de sus sueños,
Y una copia del pergamino de los milagros.


Alguien de la Luz.