jueves, julio 24, 2008

Canción a un Bello Framboyán, nunca jamás olvidado…

La muerte,
es el mejor llamado
para recordar al Amor...

Oland Atlante.


Por fin vuelvo
a verte bello otra vez,
como en aquellas
tardes donde los brazos Dorados
atravesaban al Verde,
lejos de cualquier asomo
de preocupación
o cuando tu palabra
era lo más cercano
a escuchar a Dios.

Y no es para menos,
esta vez no cargabas
los tantos rencores
que a través de los años
te fui otorgando,
como aquella vez en que jure
pagarte tus cocos
aunque fuera
poniendo el dinero
sobre tu tumba,
coño Papa,
Perdóname,
aun no logro comprender
que no se trataba de los cocos.

Como permití que Tía
te encontrara una noche
oscuro, llorando sobre una silla,
entre el hambre y la rabia de saberte
abandonado por tu hijo,
carente del Amor que merecías,
bañados en tus orines,
rogando por que llegara este momento…

Pensar que nunca recordé
que cada vez
que le peleabas a Mama o a Tía,
no eras tú,
eran las cuerdas
que te arrastraban lejos
de la ternura que me entregabas
mientras cabalgaba
sobre tu roidilla.
Y se que las crucetas,
de nosotros las marionetas
son fuertes…
más no lo comprendo…
tanto que me han hecho olvidar
cuando me dijiste
que nunca recurra
a lo mal hecho…

Dios; eres bello.
y si no lo vi
la última vez,
mientras palidecías
en una impropia cama de hospital,
no fue por tu barba
o tu demacrado rostro;
fue mas bien
por mi inconciencia,
la misma que perecerá,
gracias...
a la muerte de un Framboyán…
justo antes del nacimiento de uno
más rojo iluminocente
que el pasto de mi destino…

Nunca te di nada;
pero a quien recibe
tu buen Dharma,
le ofreceré
un buen hijo…
AIO te acompañe y te guié….

Aylan.

domingo, julio 06, 2008

…No puedo decirte adiós si no estas, si no has llegado, si no has de llegar, El Vació llegara… (III Preludio a canción a mi otra parte XI)

( Y con el la Esperanza…)

Oland Atlante


Que quieres que haga?
que niegue que te extraño
cuando en mis tierras más intimas
lo hermoso es llamado por tu nombre
y tu voz
es la única manera de SER el Amor…

Lo lamento, no puedo.
Las horas más felices,
que fueron tu compañía,
son grabados en diamante
que las gotas perpetúas
y constantes
no podrán borrar,
recircula el jamás,
ni siquiera con el
torbellino de mi pecado
mortal.
Café,
mas allá de no SER…

En tu inocencia
se almacena mi Fe,
dulce sabor guardado
en el Loto
que solo
la Verdad del fango sacará…
Aun en tu ausencia
frente al eterno
te cantare,
hasta SER Esperanza…
Dios, en tu venida,
volveré…

Alguien.